Tras haber trabajado la Literatura del Prerrenacimiento, os toca a vosotros ser escritores de esa época. Seréis Fernando de Rojas o poetas anónimos del Romancero. Así que preparad vuestras plumas porque el siglo XV os espera.
Tendréis que escribir un romance novelesco o continuar un fragmento de La Celestina de los que hayamos leído en clase. Ya conocéis las características de los romances: métrica, temática, etc. Vuestro romance inventado, si elegís esta opción, no tiene por qué seguir todas las características. Es complicada la medida de los versos, la rima, etc. Si, por el contrario, elegís continuar un fragmento de La Celestina leídos en clase, podéis introducir personajes nuevos, cambiar el destino de ellos, etc.
Esperamos vuestras aportaciones al mundo literario
Los ejércitos de don José
se desmayaban y se iban
cuando en la octava batalla
a sus enemigos los derrotaba.
José deja sus tiendas
y de lo real se iba,
solo va el desventurado,
sin ninguna compañía.
se desmayaban y se iban
cuando en la octava batalla
a sus enemigos los derrotaba.
José deja sus tiendas
y de lo real se iba,
solo va el desventurado,
sin ninguna compañía.
El caballo cansado
ya ni moverse podía,
camina por donde quiere
porque sentido no tenía.
muerto de sed y hambre iba,
ya ni moverse podía,
camina por donde quiere
porque sentido no tenía.
muerto de sed y hambre iba,
desolado de esta manera decía:
Ayer era rey de España,
hoy no lo es de pueblos ni de villas;
ayer pueblos, villas y castillos,
hoy ninguno poseía:
ayer tenía criados
y gente que le servía,
hoy no tiene ni una almendra
que pueda decir que es suya.
¡Desdichada fue la hora,
desdichado fue aquel día
en que nació y heredo
la tan grande señoría,
pues lo tendría que perder
todo junto y en un día!
¡Oh muerte!, ¿por qué no vienes
y llevas esta alma que es suya?
hoy no lo es de pueblos ni de villas;
ayer pueblos, villas y castillos,
hoy ninguno poseía:
ayer tenía criados
y gente que le servía,
hoy no tiene ni una almendra
que pueda decir que es suya.
¡Desdichada fue la hora,
desdichado fue aquel día
en que nació y heredo
la tan grande señoría,
pues lo tendría que perder
todo junto y en un día!
¡Oh muerte!, ¿por qué no vienes
y llevas esta alma que es suya?
Él te lo agradecería.
Lidia López
Había una princesa
que desde el balcón asomaba.
Era la hija de Alfonso
que gran belleza daba.
Poseía inmensa altura
y una gran melena larga.
Su príncipe no acudía
pues ella triste se encontraba.
Los dos querían marcharse
a otro lugar de España,
no estaban a gusto en Castilla
por eso deseaban ir a Granada.
Para que pudieran marchar
solo seis horas faltaban
A lo lejos se veía un varón,
A lo lejos se veía un varón,
era su amado que llegaba.
Su rostro no parecía alegre
Por sus noticias tan malas.
Al llegar por fin su amante
le contó lo que pasaba.
Él no podía abandonar
Su tierra tan sagrada.
La hija con cada palabra
a su amante le lloraba.
Tanto dolor que contenía
sus lágrimas resbalaban
sobre su rostro pálido
y por las mejillas enrojadas.
El varón entristecía
al ver llorar a su amada
por haberle prometido
un viaje para Granada.
La hija no quería verle mas
por la promesa deseada.
El varón desaparecía
sin poder mirar atrás
Pues veía a su princesa
llorar muy desconsolada.
Aurora Crespo
Estoy
de pie sobre el lago helado
Por aquellos tiempos
no era normal ver a
una chica
de alcurnia como yo
fijarse en un
chico como él.
Y así os contaré
mi historia
entre frases y
llantos,
ya que no es para mí
nada fácil contar
una historia de amor,
pero amor
imposible.
Allá por el 1910,
un apuesto
caballero
acababa de llegar a
Villanela,
un hermoso pueblo
en cuyo lugar yo
habitaba.
El caballero, de
nombre Martín,
había terminado
hace poco
su carrera de
guardia civil,
o como los llamaban
“Miguelete”.
Su destino fue
Villanela,
donde se topó
conmigo.
Al principio he de
reconocer
que me desagradó
sobremanera
la forma en que se
dirigió a mí.
No puedo decir que
no sea una chica torpe
ya que estaría
mintiendo.
Yo montaba
tranquilamente
por un camino a las
afueras del pueblo
al lado del río,cuando unos
salvajes
intentaron robarme,
y aunque sea torpe,
soy valiente como la
que más
y me atreví a
salir
detrás de aquellos
malnacidos.
De repente
se cruzó por mi camino
Martín, y los
malnacidos huyeron.
Al poco de cruzarse
nuestras miradas,
le recriminé el
cruzarse en mi camino
y él me contestó
con un frío
“es usted una
insensata señorita” ,
aunque tenía razón
no tenía ningún
derecho a gritarme de ese modo.
Camino a comisaria
para poner una
denuncia
rompió el
silencio para preguntarme
“Y…Por
cierto. ¿Cuál es su nombre señorita?”
“Manuela , me
llamo Manuela…¿Y usted?”
“Martín”.
Puesta la denuncia volví a casa.
Y él como un
caballero,
se propuso para
acompañarme.
Aquella noche no
pude ni dormir
pensando en aquel
apuesto muchacho
que aunque se topó
en mi camino
por una mala acción
de unos salvajes
me encantó haber
conocido.
A partir de aquel
instante me enamore de él.
Aunque mi
preocupación aumentó,
cuando recordé como
se lo tomaría mi padre
si yo llegase a
salir con él.
Mi padre era
Gonzalo de Castro,
el hombre más
cerrado de mente
que yo haya podido
conocer.
Sus planes para mí
eran casarme
con alguien de mi
alcurnia
y no con una
aprendiz de “Miguelete”,
pero ni eso ni
ninguna otra cosa del mundo
podían hacer
cambiar
los sentimientos
que
acababan de aflorar
en mi corazón.
A la mañana
siguiente
paseaba por la
plaza,
pensando en Martín
y en qué haría
cuando me encontrase con él
se lo confesaría,
o ¿quizás era
demasiado pronto?
Todavía no sabía
si el sentimiento
era mutuo,
o simplemente era
para él
una muchacha
insensata.
Noté una mano
agarrando mi brazo,
me temí lo peor,
la mano me arrastró
hasta una calle,
allí fue cuando
estuve frente a frente
pecho con pecho con él,
me besó y me
susurró al oído:
“Te espero donde
nos conocimos ,
a las afueras del
pueblo junto al río” ,
cuando terminó, me
besó de nuevo
y marchó para el
cuartel.
No pudo evitar
volver la mirada y sonreírme
cuando se alejaba ,
asombrada
y sin palabras le
devolví
la mejor de mis
sonrisas.
Al regresar a casa ,
buscaba que ponerme
,
tenía que estar
brillante
para la cita con Martín.
Mi sorpresa, ver entrar a mi padre
Mi sorpresa, ver entrar a mi padre
en la alcoba, con
cara de enfado,
al parecer mandó
seguirme,
y me habían visto
con Martín en la plaza.
Yo creía que se
disgustaría,
pero no hasta el punto de encerrarme.
“Te quedarás aquí, hasta que escarmientes"
“Te quedarás aquí, hasta que escarmientes"
Pero escape y fui a
encontrarme con Martín.
Allí me vio
llorando cuando llegó
y me preguntó:
”¿Qué pasa
Manuela? Algo no va bien..”
a lo que respondí
algo que aprendí en Sayoc,
uno de mis muchos
viajes
“Estoy de pie
sobre un lago helado”
“No sé qué
significa eso”
”El lago helado
es el nombre
de lo que más
quieres en este mundo
y lo quieres , lo
quieres tanto
que harías lo
imposible
por llegar a ello.
Y tu corazón toma
el control.
Pero debido a eso
al final acabas destruido.
Está ahí de pie
en ese lago helado
y crees que eres lo
suficientemente rápido
como para ir y
cogerlo
antes de que el
hielo se resquebraje…
Y de lo que no te
das cuenta
…es que ya estás
de pie en el hielo ,
y que se está
resquebrajando a tu alrededor”
“ ¿Qué
intentas decirme con eso?
¿Qué no puedo
estar con la persona
que mas quiero en
el mundo?”
”Sí..” . Acabé
con aquella conversación
y me fui , Martín
no tardó en comprender
el
motivo de mi pesar
y por qué no
podía estar con él.
Mi padre me quería
mandar fuera del pueblo
para que no se me
ocurriera
ninguna estupidez.
Ya todo preparado,
quedaba despedirme de mi madre
y así lo hice.
Martín no se quedó quieto,
fue en mi busca,
allí donde me mandó mi padre.
Lo tenía todo
atado y bien atado.
Me liberó de las
garras,
de los sirvientes
de mi padre;
y huimos juntos a
las Américas
donde nada ni
nadie podía separarnos
donde nuestra
historia finalizó
y el amor imposible, quizás, no lo era tanto.
María Manuela
Cubero Lacalle 3ºESO-B
Fragmento
De La Celestina
Después de esto La Celestina y los criados reciben el
dinero y se lo reparten. Calisto y Melibea se van juntos a otro sitio
donde fueron muy felices. Al paso de los 3 años Calisto se da
cuenta de que Melibea ya no lo quería porque se dio cuenta de que
él solo la quería por el dinero que tenía y dice asi:
Melibea-¡Oh, Calisto, Calisto como osas tener tanta
maldad! Yo te ofrecí todo mi amor y tú a cambio todo este mal.
Calisto-Eso es mentira, yo te amo Melibea.
Melibea desconcertada acude a su padre Pleberio a ser
aconsejada:
Melibea- Padre, padre, debes aconsejarme que hacer con mi
gran amado pues me ha engañado
Pleberio-¡Oh hija! Dejalo y ama a otro como lo amas a
él y sé feliz junto otro hombre.
Al terminar de hablar Melibea pensó y decidió hacer lo
correcto. Al final esta recapacitó y vio que Calisto la quería mucho
para hacerle tanto daño. Todo esto se arregló y continuó su historia
de amor.
Continuación
de una historia de la Celestina
Sempronio.-
Callemos, que a la puerta estamos; y, como dicen, las paredes tienen
oídos.
Pármeno.-
No entiendo como tienes el valor de hacerle esto a Calisto, con lo
que el confía en nosotros; y encima aquí en su propia casa.
Sempronio.-
Calla, que ya está llegando.
Celestina.-
He venido lo más rápido posible.¿Qué queréis? No tengo tiempo
para perderlo aquí con vosotros.
Sempronio.-
Quisiera que no le habléis a Melibea acerca de Calisto, sino que le
habléis muy bien de mi.
Celestina.-
Claro, pero no soy nada barata. Me tendrás que dar lo que me
prometió Calisto más un anillo de plata.
Sempronio.-
Acepto.
Pármeno.-
¡Pero Sempronio tú no tienes cadena de oro ni anillo de plata!
Sempronio.-
Los conseguiré, todo sea por mi amor Melibea.
Celestina.-
Mañana mismo iré a casa de Melibea, pero vosotros debéis distraer
a Calisto para qué no me vea ir. Ya me encargaré yo del resto.
Mañana vendré a por el anillo y cuando hayáis tenido la primera
cita me darás la cadena.
Pármeno.-
Si Calisto se entera, yo no he tenido nada que ver.
Sempronio.-
Adiós Celestina, suerte.
Celestina.-
Adiós.
Raúl Palacios
Raúl Palacios
A mí el cuento me ha encantado porque el amor es ciego y no sabes cual vas a ser tu amor verdadero.
ResponderEliminarEl día de San Valentín es una celebración tradicional de países anglosajones que se ha ido implantado en otros países a lo largo del siglo XX en las parejas de enamorados expresan su amor cariño mutuamente. Se celebra el día 14 de febrero.
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